Todo había sido perfecto y tranquilo en e pequeño mundo de su casa, hasta la mañam en que Emilio descubrió una pequeña pluma negra que brotaba de su brazo, la arrancó sua vemente y la guardó dentro de su melena, justo debajo de su gorra de colores. A partir de ese día, preguntas grandes revolotean en su cabeza: ¿quién es él?, ¿todos los niños son iguales?, si no es así, ¿él adónde pertenece? Emilio no se conformará con respuestas pequeñitas.