Al igual que la poeta misma, gran parte de su obra permaneció oculta mientras vivió, escondida al fondo de un baúl al pie de su cama. No fue sino hasta su muerte que se encontraron los cerca de 2000 poemas que escribió en los formatos más insólitos —algunos en cuadernillos cosidos a mano y otros al reverso de trozos desechados de papel—, y todos compuestos en una gramática fracturada, llenos de rayas, de cruces y variantes, de mayúsculas anómalas. Durante seis décadas su poesía se difundió en versiones parciales y retocadas, y no fue sino hasta 1955 que se dio a conocer en inglés una edición completa y restaurada de su obra.