ecosistema del libro sin “Autoridad”

De la visita de Marina Azahua a Querétaro, se develó desde la primera charla una práctica contemporánea en el ecosistema del libro, en toda su cadena, y desde una analogía muy visual. Visualizamos dos mundos posibles y prácticos en los que ahora se vive como la elaboración, producción, comercialización y circulación del libro.

Grosso modo, hay dos mundos posibles (no significa los únicos posibles, sino los que identificamos desde nuestra práctica): por un lado está aquel mundo autoritario, en el que las reseñas (como modo único publicitario) acreditan o desacreditan las publicaciones, claro sin aparato crítico ante esa autoridad. Apelando a modos industriales de consumo y producción, con acuerdos comerciales desleales y meramente capitalistas, apostando sólo a la búsqueda de acumulación de capital; allí las pequeñas prácticas (en el ecosistema del libro) son soslayadas, invisibilizadas y ninguneadas por todo ese aparato corporativo de cadenas de librerías, de grupo editoriales avariciosos.

Por otro lado, y como punto y aparte, están las microactividades (que abundan) de la edición y comercialización del libro; aquellas pequeñas editoriales, librería, espacios culturales y gestores culturales (casi todxs se nombran independientes y autogestivxs) que ya no responden a las reseñas de los señoros canónicos que autorizan o desautorizan publicaciones, es más, casi toda actividad queda fuera del radar de estas “autoridades”. Ahora estas microactividades no dan cuentas a grandes grupos editoriales, viven desde la cercanía, familiaridad y amistad entre ellas. La renuncia a la autoridad (al crítico literario, a la gran cadena de librerías amarillas que les cobra el CEDIS a las editoriales y que les cobra el papel de baño a sus empleados) deviene en prácticas, en diálogos, en acciones y dinámicas nuevas.

Justo ahí hablamos de ciertos casos de éxito “anómalo”, tal como es el libro Fruto de Daniela Rea, editado y publicado por Antílope, editorial en la que Marina la hace de todóloga eventualmente junto con sus otrxs 4 colegas. Este libro es un gran éxito dentro del ecosistema del libro independiente, no dura más de 3 meses a la venta cuando ya se ha agotado, no responde a la reproductibilidad industrial para hartar a los lectores, no hay ninguna reseña de los señoros “autoridad” que califiquen o descalifiquen el libro, es más, no es un tema que les interese. A su vez, el ejercicio económico tampoco está en las grandes cadenas de librerías amarillas, ni un sólo libro se vendió en esas cadenas amarillas, ni los acuerdos son leales y justos, menos los tratos. Todos y cada uno de los libros vendidos han sido distribuidos en espacios independientes: el otro mundo posible del ecosistema del libro.

La visita de Marina deviene prácticas nuevas de otros mundos posibles ya existentes y de alguna manera resistiendo. Desde su disposición, además de las dinámicas del Drink & escribe y la presentación, lejos de originar otros mundos posibles, los refuerzan.

Estos dos mundos no son las únicas posibilidades ni la única manera de vinculación entre ellas, tampoco se contraponen necesariamente. Nos parece esencial devenir(nos) constantemente en todo lo pensable posible.
“Ya que esperamos nunca convertirnos en aquello que juramos destruir”

Fotos de Sofía Rivera